miércoles, noviembre 08, 2006

Si vas a abandonar a una mujer, hacelo a tiempo

Una reseña robada a Guadalupe Diego. De la Redacción de Clarín.com
Una idola escribiendo...

Final trágico ya lo sospechábamos, que por algo le han puesto al programa ese título. Rosa termina matando a Lautaro. ¿Y qué hizo Lautaro para tener este triste final? Ni más ni menos que romper con ella y dejarla plantada casi al pie del altar. Ocho años de novios para venir a ser abandonada a poco de contraer matrimonio. Muy feo eso. ¡Si hasta ya habían comprado las cositas para la casa y todo! ¿Ocho años le toma a un tipo darse cuenta de que casarse, lo que se dice casarse, no quería? Definitivamente, los tipos lentos son los peores. Porque son igual de cortos, cobardes, canallas que el que más y, para peor, lo ejercen lentamente. Esto no quiere decir que los hombres sean cortos, cobardes o canallas. Sólo quiere decir que, puestos a ser cortos, cobardes o canallas, el hombre lento todavía lo es más. Porque lo hace en cuotas, de manera pastosa, larga, eterna. La discusión sería ahora si la muerte fue (o no) merecida. Condenamos la violencia, la pena de muerte y los asesinatos de cualquier índole (lo cual es bastante estúpido, porque, para el caso, imaginar distintas índoles de asesinatos da igual). Y vale la aclaración para evitar esos correos electrónicos de lectores pacifistas que para peor de ser pacifistas además no entienden cuándo se les habla en serio y cuándo no.

A lo que íbamos. A matar al novio que te abandona sin más, de la noche a la mañana, después de ocho años de noviazgo y que te deja con todo el ajuar ahí, muerto de risa. Hasta aquí hace mérito el tipo, convengamos. Pero vean que incluso falta más:

Al Lautaro este se le cruza otra mujer en el camino (ya lo decía Jorge Drexler, la vida es más compleja de lo que parece...) y con la otra sí resuelve tener un hijo y... ¡casarse! O sea, a error uno le sigue luego error dos. Pero sigamos. ¿Qué hace Lautaro, entonces, para avanzar en este plan de sí casarse efectivamente? Va y vuelve a novia uno, a Rosita, y le pide las cosas que habían adquirido en conjunto. Lautaro, querido, eso no se hace. Un caballero (que con razón un amigo decía que habían terminado en la Edad Media), un caballero que se va debe irse sin más. Volver por las cosas compradas a medias es francamente lastimoso. Muy poco digno. Para peor de los peores, Lautaro, en sus visitas "pro-recuperación de vajilla adquirida para matrimonio frustrado", va y se encama con su ex novia, que sigue (además de mentalmente trastornada) perdidamente enamorada de él.

Ahí ya Rosita llega a su tope máximo de tolerancia y va al armario, donde por desgracia para Lautaro no escondía ningún amante sino un revólver. Pum, pum, pum, tres tiros en el pecho a Lautaro y andá ahora a casarte con quien quieras. Se reserva un tiro para sí misma. Y también, pum. Puntería discutible: queda con lesiones varias pero finalmente se recupera. Termina el capítulo y la pantalla en letras de molde nos informa que Rosita cumplió su condena y que ahora está en España, así que atención turistas. (¡Ey!, ¿miren si es Rosita la de Operación Triunfo?).

Lo dicho. Que ahora mismo, en cualquier momento y cuando las autoridades lo dispongan, vamos a colgar una encuesta aquí mismo: ¿está a favor del asesinato a Lautaro? Sí / No. Respuestas únicas. No vaya a ser cosa que nuestros lectores se mareen...

No hay comentarios.: